sábado, 15 de octubre de 2011

Temporada01_Capitulo022_25Diciembre2011


No se si por la adrenalina del momento o por los efectos del aletargador, pero de alguna manera no perdí el conocimiento inmediatamente. Alcance a ver entre sombras como José regresaba hacia la parte de abajo del automóvil. Momentos después sentí que me arrastraban, tenía esa sensación de cuando estas muy dormido y no puedes despertar, pero por lo que escuchaba me di cuenta que José había recuperado su arma. Cuando abrí los ojos de nuevo sentí que estábamos en unas escaleras y me llamo la atención que la oreja de José tenia una pequeña pieza de plástico, como en forma de un punto y coma ortográfico. Él me volteó a ver y dirigió hacia mis manos mi arma. Yo la tomé y volteé a ver hacia donde el hacia los disparos, ya se habían reunido demasiados de esos seres.

- ¿Puede caminar Doctor? - me preguntó mientras le cambiaba el cargador a su arma.

Yo le confirmé con la cabeza y me incorporé un poco. Seguía un poco mareado, entre el puñetazo de José, el dolor que había pasado de la entre pierna a mi estómago y las punzadas en la cabeza que no me dejaban enfocar los objetos. Aún asi creí que lograría caminar para poder salir de ahí.  De entre sus ropas sacó una especie de granada y la aventó hacia el coche donde habíamos estado enfrentando a esos seres cuerpo a cuerpo, viendo la distancia que nos separaba del vehículo creo que no perdí el conocimiento mucho tiempo. No se de donde había sacado todos esos artefactos pero tengo el presentimiento que José ha estado omitiendo algo de información, por no decir que bastante.

Teníamos la necesidad salir de ahí, de hecho estábamos ya cerca de un cruce de avenidas y a unos cuantos metros de lo que había sido la casa donde vivía Paola. Sin que José dejara de disparar seguimos avanzando dejando un poco atrás a esos seres y fue cuando lo que aventó José explotó haciendo volar por los aires los restos de ese automóvil, estrellándolo contra uno de los edificios mas cercanos y llevándose de paso a varios de esos seres. Aprovechando el estruendo nos tratamos se dirigir hacia la Avenida Tulum y fue cuando vimos que un grupo no tan numeroso como el que nos estaba siguiendo nos estaba cerrando el paso. Giré hacia la Avenida Bonampak y vi que un grupo mas nutrido de esos seres estaba por alcanzarnos. En ese momento escuché que el arma de José hizo ya tan sólo un click, con la mirada me indicó que ese había sido el último cargador que le quedaba.

Me trate de concentrar buscando una solución pero estaba demasiado aturdido y debilitado como para poder pensar mas rápidamente. Por lo pronto seguir por la calle por donde veníamos  no lo consideraba viable, ya que la zona donde alguna vez estuvo el Palacio Municipal fue arrasada por una explosión provocada de forma accidental. Se decía que ahí se había refugiado un grupo de militares con el Presidente Municipal pero que algo había salido mal y que todo había volado en mil pedazos. Asi que esa zona era casi inaccesible y seguramente, llena de recobecos por donde podían darnos una sorpresa desagradable uno de esos seres.

De repente algo llamó mi atención haciéndo que regresara de mis pensamientos. Uno de los seres del grupo que estaba cerrándonos el paso hacia la Tulum se desplomó, dejando un pequeño charco de sangre putrefacta una vez que toco el suelo; poco a poco varios de ellos empezaron a hacerles segunda, dejándonos ver lo lejos un grupo de personas vestidas totalmente de negro, de hecho, por la luz del sol parecía que sus ropas por momentos brillaban demasiado.

- Llego la Caballería Doctor - me dijo José mientras se quitaba ese artefacto de la oreja, le dio un beso tronado y lo guardo entre sus ropas.

Empezó a dirigirse hacia ellos y lo seguí apretando con fuerza mi arma, creo que más por instinto que por temor a que representarán algún tipo de peligro. Conforme nos íbamos acercando a ellos los pude ver bien. Lo que brillaba era una especie de tejido de plástico que se veía que era bastante flexible, ya que les permitía avanzar y moverse de manera muy eficiente. Esta malla los cubría totalmente, inclusive de los pies. Su rostro estaba cubierto por una malla similar, aunque se veía un poco mas delgada que la del resto de su cuerpo. Eran alrededor de una docena de personas que estaban divididas en grupos de tres, de hecho, parecía que estos pequeños grupos formaban un pequeño triángulo, conforme avanzaban lo iban haciendo avanzando de forma de circular, siempre sin perder su distancia entre ellos.

Todos cargaban una especie de fusil que si bien no hacia ruido, lanzaba una pequeño haz de luz de color azul, el cual una vez posicionado en la cabeza de esos seres se ponía rojo y cuando jalaban de un gatillo casi inmediatamente después la cabeza de su objetivo sufría un pequeño orificio haciendo que se desplomaran ya sin rastros de ningún tipo de vida. Esto me sorprendió mucho, ya que era muy complicado terminar con uno esos seres, a veces había que destruir totalmente su cabeza porque a pesar de dispararles directamente parecía que no sufrían daños y seguían avanzando.

Una vez que despejaron esa zona también se empezaron acercar a nosotros. Yo deje de caminar tan rápido como lo hacia José hasta que deje de avanzar. Yo sabía que representaba un peligro por el hecho de estar infectado. Uno de ellos salio de su formación y a lo lejos vi que algo le decía José en secreto. Este escucho atento, dirigió su mirada hacia mi y le hizo una seña al resto de su equipo quienes rompieron su formación y se dispusieron a reorganizarse para asegurar el perímetro, entendí que era quien estaba al mando. Se dirigió hacia mi y cuando estuvo a cierto distancia se detuvo, se quito una parte de la malla que cubría su cara.

- Cuando la Sra. Paola me habló de su esposo me imaginé que era un poco mas alto - me dijo con un español un poco forzado.

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