domingo, 18 de septiembre de 2011

Temporada01_Capitulo006_1997_DiaCero05


El tipo no era demasiado alto, bueno, a comparación de mi pues definitivamente lo era.
Yo creo que al estar vestido con esa especie de gabardina antigua tan larga que solo permitía ver su rostro y manos era complicado definir su estatura.

Observe con detenimiento sus manos.  Eran muy gruesas pero mas sin embargo sus dedos no eran muy largos, mas bien eran cortos en proporción a sus manos. Sus uñas estaban un poco largas y eran grises, pero no era un color grisáceo producto de que estuvieran sucias o algo por el estilo, de hecho, después me percate que eran mas bien entre moradas y azules, no se, todavía veía un poco borroso y no podía enfocar bien.

Sentí nuevamente su mirada y entendí que quería que observara justo en frente de nosotros.
Estábamos en una habitación muy blanca y limpia, de hecho en ese momento me percate que estábamos en un hospital. En una de las ventanas se lograba apreciar el leve esbozo de un rayo de sol. Recordé que hacía unos momentos no podía respirar y que al dejar de pensar en eso,  me percate que no había ubicado el lugar porque simplemente tampoco podía oler.

Ese olor especial de los hospitales nunca me había gustado. Dentro de todas las cosas que incrementan el dolor de cabeza son ciertos olores, entre ellos el de hospital.

Frente a nosotros estaba una anciana acostada en una cama y conectada a múltiples aparatos que monitoreaban su estado de salud. Por su deteriorado estado físico se podía adivinar que llevaba algún tiempo ahí. El que yo acompañaba se acercó un tanto indiferente hasta estar a la altura de su cabecera, yo instintivamente y sin pensarlo lo seguí. Ella parecía dormir profundamente.

Me percaté que mi visión borrosa había desaparecido y ahora veía todo de forma muy nitida y clara. Pude observar con detenimiento el rostro de aquel ser y pues la realidad es que era un tipo muy normal. Casi rapado a tope o con muy poco pelo, sin muchas arrugas pero bastante profundas, casi agrietadas. La boca un poco grande y la nariz un poco aguileña y bastante chueca.

De repente y sin aviso alguno pasaron tantas cosas al mismo tiempo : la mano de quien acompañaba sobre la cabeza de la mujer , ella abriendo los ojos como en trance y la mano libre del obscuro ser tomando con fuerza mi mano izquierda.
Dicen que al morir es como si pasara frente a tus ojos toda tu vida. Es algo mas que eso, es como esos sueños en lo que pareciera que estas flotando encima de las personas y de ti mismo, pero conectado a tu cuerpo y reviviendo tus recuerdos viendote a lo lejos.
Junto a ese ser, acompañamos a la anciana en sus recuerdos desde que era una bebe, compatimos sus alegrías y sus penas y en instantes llegamos a la última enfermedad que la trajo a este hospital y que la tenía postrada en cama.

Cuando me di cuenta estábamos los 3 parados frente a la cama de hospital, sobre la anciana (no se si era su espiritu o su alma) se veía tranquila, sobre todo cuando vio su cuerpo. Ella intento tocarlo pero el ser no lo permitió. Fue cuando me di cuenta como había cambiado en unos instantes el tipo de la gabardina. Ahora no se veía tan alto, de hecho, parecía un poco encorbado y cansado, no parecía estar de muy buen humor.

Estuvimos parados unos momentos, el ser como que recuperandose de un golpe en el estomago, la anciana derramaba algunas lagrimas mentras veía su cuerpo en la cama y pues yo tratando de digerir lo que estaba pasando.
Todos los aparatos que estaban conectados a la mujer empezaron a sonar al unisono. En una de las esquinas de la habitación se veía una luz muy fuerte casi segadora, el Ser tomando ahora de la mano el espiritu de la anciana nos dirigía hacia esa luz. Casí al llegar dirigió su mirada hacia mi y sin decir nada soltó mi mano.

Nuevamente la canción que suena siempre en las mañanas me ha despertado.

Que sueño tan raro tuve … aunque mas extraño es que precisamente hoy sea uno de esos pocos días que despierto sin dolor de cabeza.

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