jueves, 15 de septiembre de 2011

Temporada01_Capitulo004_1997_DiaCero03


Después de un día mas común que corriente había llegado la hora de dormir.
Hacia mucho tiempo que me costaba mucho trabajo conciliar el sueño, no importaba si estaba cansado o no, simplemente la mente empezaba a divagar recordando cosas del día o de dias pasados. Lo único bueno de esto era que aparentemente no necesitaba de muchas horas para dormir y despertar descansado.

Cuando por fin logre conciliar el sueño algo me despertó. Era esa típica sensación de sentir que alguien te esta observando. Me trate de incorporar y sentí como si algo me tuviera atado a la cama o como si no tuviese control sobre mi cuerpo.

Haciendo un gran esfuerzo logre girar lentamente la cabeza hacia una de las esquinas y fue cuando lo vi por vez primera, sintiendo inmediatamente un escalofrío que me recorrió la espalda. Mi primera reacción fue de pensar que seguía soñando y que se trataba de una pesadilla pero algo me recordó que estaba despierto, para mi mala suerte.

Hacia cuatro meses que me habían quitado el yeso del tobillo.
Jugar futbol para mi era como quitarme una enorme losa de encima, el entrar a la cancha y patear el balón me hacia sentir como si mi otro yo tomara control de la situación. Ese otro yo hacía que todas mis dudas e inseguridades desaparecieran por un momento haciendome que me olvidara de todas mis inseguridades.

A pesar de ser diestro resultaba que jugaba mejor con y por la izquierda, esto lo descubrí de forma accidental después de una lesión de la secundaria.

Siempre había sido malisimo jugando hasta que en un entrenamiento un pisotón me partió en dos la uña del dedo gordo de pie “bueno”. Ésto me dejó fuera de acción por unos meses y cuando por fin se suponía que podría regresar a jugar resulto que al pegarle a la pelota sentía un horrible dolor en el pie. Aparentemente el pisotón había tocado algunas terminales nerviosas o algo así, exagerando la sensibilidad de mi pie.

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