jueves, 24 de noviembre de 2011

Temporada01_Capitulo032_1997_LaPrimeraVez


- ¿Cuando empezamos? - le pregunté a Judas totalmente decidido a lo que fuera ... por Alicia.


Judas esbozó una leve sonrisa. Creo que fue la primera ves que se quitaba de encima esa cara de pocos amigos que siempre llevaba consigo. Me explicó que habían muchas cosas que hacemos de forma natural y sin que la hayamos aprendido.


- Como el pensar – me decía – es algo natural en nosotros, los seres humanos. No hay un entrenamiento ni nadie que pueda enseñar a pensar. Lo que necesitas es dejar ser a tus instintos para que puedas ayudarme en lo que te pido. Como sabes tenemos todo el 'tiempo' para que antes de que despiertes sepas todo lo que necesitas, pero no quiero volverte loco o que tengas un colapso mental.


Me pidió que pensara en Alicia mientras el ponía su mano en mi hombro. A pesar de que no estaba ejerciendo presión sentía como si hubiese puesto una piedra sobre mí. Entendí que de alguna forma el me serviría de puente para poder llegar hacía ella. Cerré los ojos y de repente sentí como si acabara de caer desde una altura considerable, abrí los ojos y estaba junto a Judas en una pequeña habitación.


Sentada sobre una cama estaba una niña como de aproximadamente 10 años. Yo volteé a ver a Judas y por su mirada entendí que estábamos de nuevo con Ella. Me acerqué lentamente y vi que de sus ojos, aquellos que siempre estaban perdidos en el vacío, salieron un par de lágrimas.


En ese momento entro una mujer a la cual reconocí inmediatamente a pesar de que se veía mas joven, era la que una vez siendo anciana había visto junto a Alicia en mi presente, aquel día en la Terminal.


- ¿Papá cerró sus ojos así como yo abuela? - le preguntó la niña.


- ¿A que te refieres como tú cariño? - le respondió tiernamente.


- Si, como yo. Escuche que decían que cerró sus ojos y que nunca mas los volvería a abrir. Entonces estaba pensando en que estaría para siempre en la obscuridad ... Así como yo ¿no? - le contestó inocentemente.


La abuela se conmovió y estuvo a punto de decir algo, pero prefirió morderse los labios mientras contenía el llanto. Yo sentí como se me erizaba la piel.


- ¿Sabes que me da tristeza? - continuó diciendo la pequeña ante el silencio de su Abuela - de que un día muera y no me de cuenta ... ¿cual sería la diferencia? , ¿como saber si me morí o no?


Yo estaba sorprendido por sus razonamientos tan inocentes y tan fuertes al mismo tiempo. En ese momento me quise acercar un poco mas hacia Ella y Judas me tomó del hombro nuevamente. Lo miré y me señalo un buró con el cual estaba a punto de tropezar.


- Pero se supone que no podemos tocar nada si somos ... - no me dejó terminar la frase y con su dedo índice me hizo una señal para que guardara silencio.


En ese momento Alicia dirigió su mirada vacía donde estaba yo y guardo silencio. Giró un poco su rostro e hizo una pregunta que me dejo helado.


- ¿Quién mas vino contigo Abuelita?


En ese momento fijo su mirada en mis ojos como si me pudiese ver. Yo sentí un escalofrío que me recorrió la espalda. Me quede petrificado mientras la Señora le contestaba que no la entendía, de que ellas estaban solas.
Alicia se quedo fijamente viéndome a los ojos y de repente apartó su rostro de donde yo estaba. En ese momento sentí de nuevo la mano de Judas en mi hombro. De forma inconsciente cerré los ojos y de nuevo estábamos en un Tec con el día totalmente nublado y gris.


- A veces – me empezó a decir Judas – algunas personas muy sensibles nos hacen creer que nos pueden ver. Pero eso es imposible. No hay ninguna manera en que nos vean o nos puedan sentir, cuando nos transportamos hacia el pasado o en el presente para conducir almas nadie nos puede ver porque estamos en otra dimensión.


- ¿Y porque impediste que tocara ese mueble? - le pregunté dudando de lo que me decía.


- Porque estamos en otro plano y no quería que se te asustaras al ver que lo único que puedes tocar es a los cuerpos que están por ir hacia la luz – me contestó de mala gana como queriendo que no se tocara mas el tema.


Yo tenía muchas dudas sobre este último viaje, hubiese jurado que mas allá de un aviso Judas temía que tocara el buró, pero no le presté mucha atención a esto.


- Yo creo que es momento de que regreses a tu cuerpo – me dijo Judas como si tuviera mucha prisa - . La próxima vez que para ti sea de noche permitiré que tu me ayudes a cruzar algunas almas. Claro que antes las tendrás que percibir para llegar a ellas.


En realidad estaba cansado, así que por ahora no quise objetar. En ese momento empecé a escuchar la misma canción de siempre y de repente ya estaba de nuevo en mi cama, despierto y cosa curiosa, parecía uno de eso días raros sin dolor de cabeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario