jueves, 8 de noviembre de 2012

Temporada01_Capitulo037_1997_IniciaElApocalipsis06


Cada vez que Alicia dirigía su mirada hacia mí sacudía la cabeza volviendo a cerrar los ojos, era como si algo la molestara o doliera. Pensé que tal vez había entrado en sus sueños, pero advertí que no era así, los gritos de la habitación de la Abuela se escuchaban cada vez mas fuertes y desgarradores. Me moví hacia la derecha y vi cómo con mucho trabajo Alicia me seguía con su mirada hacia la misma dirección.

Le pregunté que si me veía pero no me contestaba, ella seguía volteando hacía donde yo estaba, pero su reacción era como de una persona cuando acaba de despertar y apenas abriera los ojos le echaran luz encima, se tapaba los ojos con las manos de forma desesperada.

Deduje que de alguna forma podía detectar mi presencia pero no podía escucharme. 

Ella se empezó a asustar y empezó a preguntarse en voz alta que estaba pasando. Poco a poco se fue dirigiendo a su cama. Con el miedo dibujado en su rostro se sentó en la orilla de sus aposentos.

Sentí tanta impotencia que paso por mi mente salir de ahí y hacer algo por ella ya en el mundo real pero al escuchar de nuevo su voz cambié de opinión.

- ¿Quién eres? - pregunto con la voz temblorosa.

Me acerque muy lentamente hacía ella, confirmando que de alguna forma me podía ‘ver’ pero no me podía escuchar. Ambos estábamos temblando, ella de miedo y yo de emoción. Verla tan cerca era como estar frente a un ángel, - eres tan hermosa - dije en voz baja, aunque sabía que no me podía escuchar. Tenía que hacer algo, de alguna forma encontrar la manera de pedirle que no se le ocurriera salir de su habitación, que yo regresaría por ella apenas pudiera.

Estando un poco mas cerca de ella no me percaté cuando dirigió una de sus manos hacia mi pecho. Mi corazón se volvió a acelerar. Su piel blanca y casi de porcelana me tenían absorto, ver su cabello negro, lacio y largo era como ver la mas perfecta obra del mejor pintor del mundo.

- ¿Luar? - preguntó con voz temblorosa.

Sentí como una descarga eléctrica y por instinto pegue un brinco hacia atrás.
Fue cuando me percate del espejo que estaba frente a su cama. Era muy extraño, todo se veía al contrario de como se ven los espejos en la vida real, es decir, no se veían invertidos.
Fue cuando vi que llevaba puesto una de las playeras del Bar de mis padres, habían costurado del lado izquierdo mi nombre, pero en el espejo se veía bien. Recordé que todo lo que veía en este plano estaba a la inversa, así que Alicia había logrado ver la textura de mi nombre en mi pecho. Deduje que le habrían enseñado a leer las letras que nosotros usamos por medio del tacto, obviamente si estas estaban resaltadas, como pasaba con las letras en mi pecho.

Me acerqué nuevamente y poco a poco hacia ella, parecía como si se fuese acostumbrando a mi presencia. Moví mi mano derecha muy lentamente pasándola de un lado a otro, viendo como ella seguía el movimiento de mi mano, como si la lograse ver. Creo que ya no le molestaba el ver mi alma o espíritu .

Yo no sabía como expresarme, por un lado, ella no me podía escuchar pero yo a ella si. Por el otro lado, ella me podía ‘ver’ pero no me imaginaba como decirle que no se moviera de ahí, que me esperara.

Lentamente dirigí mi mano hacia ella, quería tocarla para de alguna forma poderle decir que no saliera de la habitación. En lugar de alejarse ella se acerco hacía mi y fue cuando sentí como si algo me jalara hacia atrás con una fuerza increíble, sentí esa sensación de vértigo y mareo inmediatamente, hasta que me detuve.

Abrí los ojos y volteé a ver hacia mi alrededor. Todo estaba obscuro pero lo reconocí enseguida, estaba en mi habitación. Escuche que alguien tocaba la puerta insistentemente, era la voz de mi Abuelo.

Me pare de un salto decidido a regresar por Alicia, ella corría peligro … y era por mi culpa. 

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