sábado, 31 de diciembre de 2011

Temporada01_Capitulo035_1997_IniciaElApocalipsis03


Todo fue tan rápido y tan confuso porque a pesar de que Judas había mordido el 'alma' de la anciana del cuello de esta empezó a brotar mucha sangre. Giro a verme con desprecio mientras dejaba que la anciana cayera al suelo. En ese momento la luz hacia donde debíamos dirigir las almas se disipó y yo estaba sin poder mover un sólo musculo. Estaba realmente impactado por lo que acababa de ocurrir.
La anciana se llevaba con desesperación las manos hacia su cuello ensangrentado, yo no lograba entender mucho sobre su dolor pero al parecer era como si se estuviese quemando. Como pudo se puso de pie y se dirigió hacia su cuerpo inerte que estaba en la cama de la habitación.


Yo traté de impedir que llegase hasta su cuerpo físico pero Judas me tomo fuertemente del brazo impidiendo que lo hiciera. Intente zafarme pero me había tomado demasiado fuerte, de hecho, sentía como si me estuviese atrapando con dos trozos de metal en lugar de con su mano. Forcejeamos un momento hasta que entendí que no lograría nada con seguirlo intentando.


- ¿Que es lo que esta ocurriendo? - le pregunte un poco desesperado.


- Ocurre que ya no tengo paciencia y que ahora se quedan solos con su mundo y con sus pecados – me respondió mientras me soltaba de repente.


Detrás del hombro de Judas logré ver que la anciana había llegado hasta su cuerpo y que estaba tocando su brazo izquierdo, se veía muy confusa. Voltee a ver a Judas y este solamente sonrío. En ese momento vi como el alma de la señora se iba difuminando poco a poco hasta desaparecer.
Me acerque hacia la cama y me fije en su cuerpo. En el mismo lugar donde Judas la había mordido apareció una pequeña marca morada que fue creciendo hasta llegar al tamaño de una moneda ... era una especie de moretón. De morado paso a un rojo muy obscuro y la mancha se hizo un poco mas grande, hasta llegar a un tamaño como de quince centímetros de diámetro.


En ese momento la madre de Alicia le preguntó algo a la otra persona en la habitación, entendí que era el Doctor que estaba cuidando de la anciana. Éste se acerco presuroso hacia la anciana y observo su mano derecha detenidamente. Yo estaba parado del lado izquierdo de la recién fallecida y sentí un vuelco en el corazón cuando vi como los dedos de la mano que veía el Doctor se movían como si estuviesen recibiendo algún choque eléctrico. Le tomó la muñeca y trato de tomarle el pulso pero parecía que no se lo sentía. Después de unos segundos los párpados de la anciana se empezaron a mover muy lentamente, de forma inconsistente de un lado hacia otro. El médico le toco el cuello para tratarle de sentir el pulso. Instantes después la abuela abrió los ojos y se le quedo viendo fijamente al médico.


Su madre de Alicia se levantó y exclamó algo que no alcance a entender muy bien, se veía que estaba entre contenta y sorprendida. El médico saco su estetoscopio de un maletín, se los coloco en ambos oídos y cuando estaba a punto de ponerle la parte metálica en el pecho la abuela de Alicia lanzo un grito desgarrador y con su mano derecha sujeto el brazo del médico y se lo mordió violentamente. De la impresión di un salto hacía atrás viendo como del brazo del médico empezaba a salir un poco de sangre. Por mas que trataba de que lo soltara la anciana no cedía, de hecho, su hija trató de ayudar pero entre los dos no podían hacer que la anciana soltara su presa.


Dirigí mi mirada hacía Judas pero este ya había desaparecido. Todavía horrorizado logre ver como el médico ya se había soltado de la boca de la anciana y se apretaba fuertemente el brazo. La madre de Alicia desesperadamente trataba de controlar a su madre. En ese momento sentí una fuerte opresión en la cabeza, era como si mil voces estuviesen gritando dentro de mi cabeza, mientras la abuela de Alicia forcejeaba y trataba de morder ahora a su hija. El médico cayó de espaldas mientras se revolcaba del dolor y se sujetaba fuertemente el brazo. En ese momento me acerque a el y vi como le emanaba sangre, de hecho no era demasiada pero el se quejaba como si algo lo estuviese quemando. 


Todo lo que había pasado ya era demasiado para mi, tenía que salir de ahí a como diera lugar. De alguna forma la abuela había enloquecido y las cosas se iban a poner algo mas que delicadas. De hecho, al no haber ningún alma que transportar pues no tendría mas nada que hacer en ese lugar.
Fue cuando caí en cuenta de que nunca había regresado a mi cuerpo sólo y que siempre había estado ahí Judas para conducirme hacia mi cuerpo, en el cual yo seguía dormido. 


- Debe de ser un poco sencillo de alguna forma – me dije a mi mismo.


Cerré mis ojos para concentrarme y pensar en la habitación de mi cuarto tratando de transportarme hacia allá y poder despertar pero no lo lograba, los gritos de la madre de Alicia y de su abuela no me dejaban. Observe la puerta de la habitación y pensé en salir de ahí, alejarme un poco y tratar de regresar a mi cuerpo con mas calma. Me dirigí hacia ella, por instinto la traté de abrir y fue cuando recordé lo que me había mencionado Judas, de que no podría tocar nada mientras estuviese durmiendo. Sin embargo lo intente y efectivamente, mi mano la atravesó sin que la pudiese sujetar, como si yo fuese un fantasma. 


- Como un fantasma – me repetí a mi mismo.


Lo único que se me ocurrió fue 'atravesar' la puerta. Sonaba tan irreal ... bueno, que no de todo lo que me estaba pasando no lo era. Tome mas aire de lo normal (¿tome aire?), cerré los ojos y poco a poco fui acercando mi cara hacía la puerta. Mi intención era la de pasar primero mi cabeza y después el resto de mi 'cuerpo'. De forma curiosa no sentía nada, pero llego un punto en el que empecé a sentir un poco de frío y como si unas gotas de agua me estuviesen cayendo encima. Abrí los ojos por instinto y me di cuenta que estaba en el patio del Tec !! , donde siempre me encontraba con Judas.


De la impresión di un paso hacía atrás y caí de espaldas en el suelo. Vi que estaba nuevamente en la habitación de la casa de Alicia, pero había algo un poco extraño. Casi no se oían tantos gritos, mas bien estaban apagados. Gire y observe que el cuerpo del médico estaba totalmente inmóvil en el suelo. No alcanzaba a ver ni a la madre de Alicia ni a su abuela. Justo en ese instante, apareció la luz a la cual llevábamos las almas. Junto al médico estaba su alma, pero esta estaba totalmente ensangrentada del brazo. Eso me llamó mucho la atención.


En ocasiones anteriores habíamos transportado almas hacia la luz, pero estas nunca tenía ningún daño físico, por mas que estuviesen accidentadas o con alguna herida, por muy grave que fuera. El alma del médico se movía lentamente y de forma errática, como muy confundida. En ese momento se percató de mi presencia y emitió un grito horrible que retumbo en mi cabeza haciendo que el dolor de la migraña casi me partiera en dos.

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