Temporada01_Capitulo034_1997_IniciaElApocalipsis02

- Creí que me habías dicho que no era una buena idea – le contesté confuso.


Judas fiel a su estilo hosco y cerrado sólo se levanto y me indicó que cerrara los ojos junto con el. Cuando los abrí estábamos en una habitación bastante iluminada, parados justo junto a la entrada, ya que a nuestras espaldas estaba la puerta. Al frente de nosotros estaban dos personas, una mujer en una silla que estaba a unos metros de una cama y otra persona que tenia tomada de la mano a una persona ya mayor, parecía que le estaba tomando el pulso. Cuando les preste atención me di cuenta que se trataba de la Madre de Alicia y la que estaba en la cama se trataba de su abuela, la Señora que vi la primera vez que me topé con Ella. La persona que le tomaba el pulso se veía preocupado y la anciana prácticamente no se movía.


- ¿Estamos en el presente verdad? - le pregunté en voz baja a Judas.


- Si - me contestó indicándome que guardara silencio.


Me di cuenta que habíamos llegado justo a tiempo porque en ese momento a nuestra izquierda y de un rincón apareció la luz por donde debía de cruzar la abuela de Alicia. Judas se acercó presuroso a la anciana y cuando estaba su alma parada junto a la cama la tomó del brazo y la dirigió hacia mi.


- Esta vez vamos a probar tocándola al mismo tiempo – me indicó.


La anciana se asustó un poco cuando se le estaba pasando la confusión del momento y me vio a los ojos. Juraría que me reconoció de alguna forma, aunque era muy extraño que aquel día frente a la Terminal de Camiones entre tantas personas se haya fijado en mi. Se quiso resistir pero Judas me grito que la tocara ya. Yo la tomé del brazo y cuando la toque sentí que me estaba quemando, de alguna forma tenía la sensación de frío tan intensa que a su vez era como tocar un metal caliente, lo relacione como cuando se toma un pedazo de hielo fuertemente con la mano y despues de un rato empieza ese escozor tan doloroso. En ese momento empezó a pasar junto dentro de mi mente todas las vivencias de la Señora. 


Ahí fue cuando supe que había nacido en una familia muy numerosa, como se acostumbraba en su época. Al parecer era de ascendencia española porque de niña habían algunos artículos que iban desde pañoletas, abanicos y castañuelas con un fuerte acento Ibérico. Después vi su juventud, una mujer tan hermosa que era pretendida por mucho hombres, pero ella escogió a un hombre de la ley. Después vi como a su esposo lo estaba velando, se había quedado sola con la madre de Alicia. Por un momento perdí contacto con sus memorias, creo que Judas estaba absorbiendo parte de ellas también. 


De repente Judas la soltó muy enojado y me tocó a mi mientras arrojaba a la anciana al suelo.


- Maldita sea – mascullo mientras vociferaba otras tantas cosas en un idioma que no entendía para nada.


- Judas, tenemos que llevarla hacia la luz ya – le dije observando de reojo como la persona que estaba junto a ella trataba de reanimarla. La madre de Alicia lloraba desconsolaba arrodillada junto a la cama de la abuela de Alicia.


- Haremos algo mucho mejor que eso – me dijo mientras la volvía a tocar y me tocaba a mi.


Todo fue tan rápido y al mismo tiempo como en cámara lenta. En un momento estaba junto a Judas en un lugar muy antiguo, ambos frente una mesa muy grande. Al centro un hombre alto y fornido estaba diciendo algo a un grupo de hombres que lo escuchaban atentamente. Dentro de ellos estaba Judas, se veía mucho mas joven y no tan ... obscuro, pero si con una cara de culpa que ninguno de los demás parecía notar. En ese momento el hombre que estaba hablando se calló y dirigió su mirada hacia nosotros.


- Comer su carne y beber su sangre – susurró Judas mientras lo observaba fijamente y regresábamos instantáneamente al presente.


En ese momento dirigió su boca hacia la anciana y le mordió el cuello salvajemente.